Considerada la mejor serie de la televisión global, MAD MEN, dirigida por el infalible Matthew Weiner que ya había deslumbrado en las dos últimas temporadas de los Soprano, presenta con estilo, belleza y excelentes actuaciones una postal magnifica del “estilo de vida americano” en los ’60, la gran década del siglo XX. Quien cree que se trata del mundo de la publicidad, se equivoca. La agencia de publicidad y los publicistas están allí para mostrar cómo toma cuerpo y se afianza una sociedad orientada al consumo y cómo ese estilo de vida impacta en las subjetividades y en las relaciones intersubjetivas.
El guión, impecable, hace foco en las relaciones personales de ese grupo de varones exitosos de Madison Av. Don Draper es el protagonista, un exponente típico del “hombre que se hace a si mismo”, paradigmático del imaginario estadounidense, con su “maravillosa” familia en los suburbios. En cada capítulo hay múltiples referencias a situaciones sociales, políticas y culturales de la época. A los ojos de los habitantes de la primera década del siglo XXI, la omnipresencia del alcohol y el cigarrillo suena escandalosa, pero no hay exageración en la representación, lo mismo que el permanente acoso que sufren las mujeres que trabajan, el doble estándar moral y el vacio al que se asoman, y mas le temen, todos los personajes de la serie.
En este contexto, la profundidad y complejidad con la que se plantean las cuestiones de género, sólo para subrayar un aspecto, la convierteen un producto de excelencia dentro de la industria cultural.
Especialmente recomendada para las nuevas generaciones de mujeres que tienden a pensar que la “pastilla” ya la tenía Eva a la hora de morder la manzana. Asómense y vean como vivían sus abuelas.
Profesional especializada en entrenamiento y capacitación. Docente Universitaria. Diseño, producción y dictado de cursos de comunicación interna y externa. Talleres de comunicación y género. Producción de medios, radio y TV. Edición de contenidos.