Es chiquita, mide acerca de 1,50 mts y pesa 45 kg. Es fea y se afea, tatuajes, pearcing, make up dark. De sonrisa torcida. Bisexual. Es mortalmente violenta, enemiga pública para el Estado Sueco, Estado modelo de occidente, y le ha declarado la guerra a “los hombres que no aman a las mujeres”.
Muy lejos está Lisbeth Salender de la mujer biónica, la mujer maravilla y más aún, de las lánguidas damiselas que poblaban las novelas populares de otros tiempos. Ella es el mal que está del lado del bien, una vengadora anónima que se rige por su propia moral y que desconfía de todo, y de todos. Sobrevivió a la más siniestra de las violencias, aquellas que propinan los que nos deben cuidar,es decir, la familia y el Estado. Aprendió la lección.
Ella es la heroína de Millennium, la trilogía de Stieg Larsson, éxito de ventas en todo el planeta globalizado. Con más de quince millones de libros vendidos en todo el mundo, este best seller que responde al formato clásico de la novela policial, pone en foco e ilumina una forma antiquísima y fatal de violencia: la violencia contra las mujeres.
Amnisty Internacional dice que éste, es el derecho humano más vulnerado, porque está presente en todos los países, en todas las clases sociales, cruza todas las religiones y se cobra tantas vidas como las guerras más virulentas. Lo más grave, o perverso, es que resulta socialmente invisible. El problema de la violencia contra las mujeres es que no se ve como violencia. La naturalización se constituye en el obstáculo más difícil de superar y de esta manera, la sociedad en su conjunto es cómplice de las más distintas formas en las que las mujeres se convierten en víctimas de violencia física, sexual, psicológica o simbólica. Esa violencia es resultado de la asimetría histórica entre varones y mujeres en relación al poder. No pega, no lastima el que “quiere”, sino el que “puede”.
El éxito de ventas de esta nueva saga literaria, que ha producido millones de dólares y sobre el que se han escrito, y se seguirán escribiendo, miles de comentarios alrededor del mundo, se trata de eso. El tema central de Larsson, son los hombres que no aman a las mujeres, aquellos que les pegan, las violan, las matan, trafican con sus cuerpos, las someten a impensadas torturas psíquicas y físicas, con la complicidad, por acción u omisión del Estado, los vecinos, los parientes, los amigos o la sociedad en su conjunto. El éxito de esta trilogía probablemente se base en que responde a un formato literario probado hasta el cansancio. Hay intriga, sexo, acción, la eterna pelea entre el mal y el bien.
Sin embargo, la novedad, seguramente, no esté solamente en el tema de contextualización sino en la definición de los personajes centrales. Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist . Ella es claramente una heroína contracultural. Mikael , también . El es un héroe blando, muy lejos de los cínicos y escépticos detectives de la novela negra. Es un periodista comprometido, incorruptible, sagaz, inteligente pero sobre todo, es un hombre que no teme ni odia, sino que ama a las mujeres. Esa pareja protagónica es contracultural, ella es violenta, desconfiada, cínica, solitaria con una inteligencia abstracta superior a la normal. El es sensible, comprometido, inteligente, un poco ingenuo, siempre dispuesto a pelear contra el mal. Quizás allí este la novedad de esta saga y algo de ello resuene en su éxito. Los estereotipos de género están en crisis, la división taxativa acerca de lo adecuado y conveniente para varones y mujeres que se definió en la modernidad ya no es útil, ni funcional, en la sociedad contemporánea.
Celebramos el hecho de que un producto de la industria cultural, que alcanza públicos masivos y por consiguiente heterogéneos, que alcanzará audiencias aún más amplias con las películas, proponga nuevas maneras de ser para varones y mujeres, al tiempo que legitima nuevas subjetividades, denuncie la violencia naturalizada y la institucionalizada. Además, permite el debate de temas tan actuales como los límites del Estado de bienestar, la invasión a la intimidad que posibilitan las nuevas tecnologías y explicita- hace visible- la complicidad patriarcal que cruza todos los ámbitos cuando las víctimas son mujeres.
Vargas Llosa enamorado de Lisbeth Salander
