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Preguntarse sobre qué significa ser joven es preguntarsesobre el tiempo. Eso analiza Néstor García Canclini en “¿Ser diferente esdesconectarse?”, un artículo sobre la cultura actual. La respuesta quepuede dar la sociedad a ese interrogante es la pura duda, sobre todo, en loque concierne a la construcción del futuro de los jóvenes. Habla de unasociedad sin capacidad de rejuvenecerse y de escuchar a quienes podrían cambiarla.
A las nuevas generaciones se les propone globalizarse. Porun lado, como trabajadores en un mercado laboral liberal, más exigente en lacalificación técnica, flexible e inestable. Por otro, en el consumo donde laspromesas de cosmopolitismo son una farsa. A medida que se encarecen losespectáculos de calidad, se empobrecen, casi de manera proporcional, los recursostécnicos y simbólicos de la mayoría.
La cultura de los jóvenes actuales está signada por almediatización, que aleja y enfría. Pero al mismo tiempo están cruzados por la interconectividad,que proporciona sensaciones de cercanía y multimedialidad. No olvidemos que ésta fuela primera generación que se crió inmersa en la cultura audiovisual, con televisión, control remoto y zapping. Incluso, algunos nacieron de la mano deuna computadora personal e internet. Así, la vida se reestructura de una maneraazarosa, marcada por la fragmentación y la discontinuidad, propios de laopulencia informativa a la que se ven expuestos los jóvenes. Aunque esto pertenece en exclusiva a los sectoresacomodados y medios. Mientras tanto, los chicos y jóvenes de la calle son, porantonomasia, los sin memoria y los fuera de lugar.
La hiperrealidad de lo instantáneo, combinada con lavelocidad de la comunicación barata propicia el olvido. Los jóvenes se muestrandescreídos de lo que ha sucedido y de lo que va a suceder ¿sólo pueden confiaren lo que está sucediendo? Así, muchos tienen como modelo de triunfo social elconvertirse en un ex “Gran Hermano”.
Sobre los compromisos políticos de losjóvenes, García Canclini analiza algunas acciones en apariencia despolitizadas.Los jóvenes parecen estar más dispuestos a participar más en causas más que enorganizaciones. Es un rasgo común sintonizar con acontecimientos omovilizaciones que expresan causas y desconfiar de las instituciones quepretenden representarlos.
El malestar de los jóvenes es el lugar donde todos nosestamos preguntando qué tiempo nos queda.